Montañas de semillas de mostaza  

 


 

Desde la antigüedad en China, la idea de la armonía con el cielo y la tierra, el pensamiento de la coexistencia de todas las cosas se consideran como los fundamentos del hombre, que determinan cuál es el consenso del pueblo chino sobre la vida. Por eso las creencias religiosas pluralistas de China y los demás países en las diferentes etapas (desde lo antiguo hasta lo moderno) enraizan y crecen en el suelo de China integrándose en la vida de cientos de millones de personas. Todo esto se refleja en las famosas montañas rocosas de los distintos lugares de China. Antiguo Ba Shu (ahora Sichuan) está entre Chengdu y Chongqing, de Puzhou en el Este (Anyue, zona de Dazu) a Meizhou en el Oeste, más de 300 kilómetros de pueblos dispersos, conocido como «Capital Celestial», donde lo terrestre y lo celestial se integran. Cientos de acantilados y grutas budistas dispersos se han construído a través de los siglos. Las esculturas rupestres de Dazu se consideran como una joya y representan el más alto nivel del tallado en piedra de China. La misma fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, en 1999. El nombre Dazu posee un doble sentido que revela la visión china acerca del universo: significa “pies grandes”. Para nosotros el ser humano camina con sus pies tocando la tierra, pero sus pensamientos viajan al cielo. Para poder entender más el mundo uno debe primero pararse y sentir el suelo con los pies. 

 

Las obras fotográficas que aquí se presentan son obras del artista Dai Xiaobing. 

 

Cargando con un pesado equipo fotográfico, Dai Xiaobing buscó retratar a la gente corriente que protege las tallas de estas montañas, como por ejemplo los que cuidan el monte Sumeru. Sus vidas, aunque algunos puedan pensar que son ordinarias, son como granos de mostaza. 

 

La fotografía tiene la notable capacidad de capturar detalles del mundo que nos rodea. Estos detalles, a menudo, dejan a los espectadores suspendidos en esos momentos efímeros. Debido a tal característica distintiva, la fotografía puede develar vívidamente la huella temporal y espacial de Dazu a lo largo de mil años, mientras que el ingenio del artista revela cómo estas tallas han perdurado durante más de un milenio. 

Con sus ojos que destilan una clara sencillez, los guardianes retratados parecen trascender el mundo terrenal como las tallas de Buda de las grutas, irradiando su encanto. Nos transmiten una sensación de tranquilidad y fortaleza y aportan benevolencia y calidez como las tallas de piedra. Además, son como la encarnación de los murales y las tallas que custodian día a día. Sin esperar nada a cambio, salvaguardan en silencio este patrimonio como sus propios hogares, e insisten en custodiarlas, limpiarlas y protegerlas.  

 

En lugar de hacer alarde de su contribución, viven una vida muy austera, tratando de ser humildes y pasar inadvertidos como granos de la mostaza. Preservan el patrimonio cultural a lo largo de las montañas. Como dicen las enseñanzas budistas “un grano de mostaza puede contener el monte Sumeru aunque sea diminuto”. Los guardianes de Dazu realmente merecen el nombre de “grano de mostaza”. 

 

La fotografía es el arte de asomarse al infinito a través de un pequeño orificio. El ojo humano contempla el mundo y lo convierte en una imagen. La imagen ayuda a uno a identificarse: soy yo quien lanza esa mirada momentánea, y el valor de la imagen prueba la significación de mi existencia, mi unicidad, que he venido a vivir, a ser único, incluso en el vacío infinito de la muerte de Dios. Este valor momentáneo ha sido elevado por el hombre moderno hasta convertirse en la creencia del individuo en sí mismo, una creencia que, como una sombra y una montaña, domina e incluso sustituye a la vida. La creación de imágenes es la ofrenda de la vida al mundo que la observa, pero también es una forma particular de asimilar el mundo para alimentar los valores de la vida. Miramos las imágenes que hacemos y no hay nada más. 

 

Los que han pasado su vida cuidando las grutas detienen sus figuras en la eternidad, ante la cámara de Dai Xiaobing, quien retrata esos ojos que nos miran desde sus fotografías. Sus sombras, como granos de mostaza, se pierden entre las vastas montañas. 

 

Tu Zeng 

Asesor académico de la exposición.

Profesor del Instituto de Bellas Artes de Sichuan, Vicepresidente del Instituto de Investigación Cultural y Artística Chongqing Fugui y Fundador del Centro de Arte Chongqing Dimensions 

 

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